El viento estaba triste. Pensó que podía
soplar todo lo fuerte que quisiera, pero no podía abrazar a nadie porque se le
escapaba de sus brisas. EL mar estaba triste. Podía tener y retener a cualquier
persona o cosa dentro de sí, pero no podía sentir el abrazo de nadie. Las nubes
se estiraron y se estiraron hasta formar dos inmensos brazos esponjosos y
también musculosos, pero se entristecieron al intentar abrazar con ellos a una
gaviota que buscaba altura, y que hizo que la nube, ahora, pareciera una
gigantesca ristra de morcilla. El sol, observa todo esto desde su posición, y
se entristece pensando cuán lejos está de que alguien pueda proporcionarle un
poco de ese calor tan diferente del que él da a todos; ese calor que él ve,
desde la distancia, que produce un abrazo.
EL viento, se conforma con poder acariciar todo cuanto
desea, con la fuerza o la delicadeza que el ánimo del día le permite. El mar,
se conforma con inundar cualquier energía que quiera sentirse envuelta por la
Vida. Las nubes, se conforman con poder transformarse y tocar, ahora en forma
de líquido, la Tierra de la que provienen, dándole de beber. El sol, se
conforma con iluminar todo ser que se encuentre en su radio de acción. Todos disfrutan de la misión que tienen, aunque,
también es cierto, Todos Ellos, sienten envidia de los seres humanos que tienen
la capacidad de Abrazar . . y yo, me
pregunto: por qué no dedico mi vida a dar abrazos.. Amma ya lo hace, y la veo
tan feliz.. ..El Poder de un Abrazo, Amma